El trastorno bipolar II puede hacer que la vida cotidiana resulte impredecible. Los cambios entre el bajo estado de ánimo y la hipomanía pueden dificultar la concentración, el mantenimiento de un horario de trabajo regular o el cumplimiento de los planes. Durante los episodios depresivos, puede sentirse cansado, desmotivado o incapaz de disfrutar de las cosas que antes le gustaban. Sin embargo, durante los periodos hipomaníacos, es posible que actúe de forma más impulsiva, duerma menos o asuma demasiadas cosas.
Estos cambios pueden tensar las relaciones, provocar malentendidos con la familia o los compañeros de trabajo y dificultar la gestión de las responsabilidades diarias. La buena noticia es que con un tratamiento adecuado, como la medicación, la terapia y las rutinas, muchas personas consiguen una mayor estabilidad del estado de ánimo y un mejor funcionamiento general. Con una atención constante, puede recuperar el equilibrio y mejorar su calidad de vida.
El trastorno bipolar II puede manifestarse de diferentes maneras, y reconocer los signos a tiempo puede ayudarle a obtener el apoyo que necesita.
Períodos de bajo estado de ánimo, tristeza o pérdida de interés por actividades que antes le resultaban placenteras.
Dificultad para dormir durante los periodos hipomaníacos, y problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido durante los episodios depresivos.
Momentos de ánimo elevado, aumento de la energía o inquietud que son menos intensos que la manía completa pero aún perceptibles.
Dificultad para concentrarse, completar tareas o mantener la motivación durante las fases depresiva e hipomaníaca.
El tratamiento del trastorno bipolar II nunca es único. El Dr. Caro trabaja estrechamente con usted para crear un plan de tratamiento que se adapte a sus necesidades, estilo de vida y objetivos. Esto incluye un seguimiento regular de sus síntomas, ajustes en su tratamiento según sea necesario y apoyo continuo para ayudarle a controlar los cambios de humor. Al centrarse en su experiencia individual, el Dr. Caro le ayuda a sentirse comprendido, apoyado y capacitado en su viaje hacia la estabilidad y el bienestar.
La principal diferencia entre Bipolar I y Bipolar II es el tipo y la intensidad de los episodios de estado de ánimo. Con el trastorno Bipolar I, las personas experimentan episodios maníacos. La manía puede ser muy perturbadora, a menudo dura al menos una semana y a veces requiere hospitalización. Estos episodios pueden implicar comportamientos arriesgados, energía extrema, pensamientos acelerados y poca o ninguna necesidad de dormir. También se producen episodios depresivos, pero no son necesarios para el diagnóstico de Bipolar I. Además, las personas diagnosticadas de Bipolar I pueden perder el contacto con la realidad y sufrir psicosis o esquizofrenia.
En el caso del Bipolar II, los "subidones" son menos intensos. En lugar de manía, las personas experimentan hipomanía, que es un cambio más leve pero perceptible en el estado de ánimo, la energía y el comportamiento. La hipomanía no suele llevar a la hospitalización, pero puede interferir en la vida cotidiana. Sin embargo, los episodios depresivos del trastorno bipolar II son más frecuentes y duraderos, lo que puede suponer un gran reto.
Vivir con un trastorno bipolar II puede ser como subirse a una montaña rusa emocional. Las personas con esta enfermedad experimentan cambios entre episodios depresivos y períodos de hipomanía. Durante la depresión, las tareas cotidianas pueden resultar abrumadoras, y síntomas como la tristeza, la fatiga o la pérdida de motivación pueden apoderarse de la persona. Por su parte, la hipomanía puede traer consigo estallidos de energía, menos necesidad de dormir, pensamientos acelerados o decisiones impulsivas. Estos altibajos pueden afectar a las relaciones, el trabajo y la autoestima, y a menudo hacen que la persona se sienta frustrada o incomprendida. Con el tratamiento adecuado del trastorno bipolar II, puede aprender a controlar los cambios de humor, conseguir estabilidad y recuperar el sentido del equilibrio en su vida.
Los mejores tratamientos para el trastorno bipolar II se centran en estabilizar los cambios de humor, reducir la intensidad de los episodios depresivos y mejorar el funcionamiento diario. El tratamiento eficaz del trastorno bipolar II suele combinar varios enfoques en lugar de basarse en uno solo. La medicación suele ser una parte fundamental del tratamiento. Los estabilizadores del estado de ánimo y algunos antidepresivos pueden ayudar a mantener las emociones más equilibradas y reducir la frecuencia de los cambios de humor. La terapia es otra herramienta importante para controlar el estrés, comprender los factores desencadenantes y mejorar las relaciones. El ejercicio regular, el sueño constante y las rutinas que limitan el estrés pueden contribuir a la estabilidad a largo plazo.
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